La empresa nació en 1990 gracias a la intuición de Alessandro Agrati que, inspirándose en la artesanía del ratán, creó el primer difusor con haz de mimbres naturales. Dentro de poco tiempo, Culti Milano se convirtió en una marca de éxito internacional gracias al refinamiento, a la calidad de las materias primas y a la exclusividad de los perfumes encerrados en envases de gran elegancia. Para que sea única y atemporal, cada fragancia está cuidadosamente estudiada por el Laboratorio Olfativo.