Con un lenguaje claro, funcional y racional, Rodolfo Bonetto redefinió el diseño industrial en la Italia del segundo posguerra. Famoso por creaciones icónicas como el espejo Unghia, símbolo pop de los años 70, y la mesa modular 4/4 para B-Line, diseñó objetos que combinan sencillez, ingenio y una elegancia formal sin artificios. Su enfoque cruzó disciplinas: del mobiliario a la electrónica y la automoción, siempre con coherencia y visión.
Nacido en Milán en 1929, Rodolfo Bonetto abandonó su carrera como músico de jazz para dedicarse al diseño de manera autodidacta. Tras sus inicios en Pininfarina, fundó su propio estudio en 1958 y colaboró con destacadas marcas italianas, diseñando desde sistemas hi-fi hasta sanitarios, luminarias e instrumentos musicales. Profesor en la Hochschule für Gestaltung de Ulm y el ISIA de Roma, fue galardonado con ocho Compassi d’Oro, incluido el premio a la trayectoria en 1991, año de su fallecimiento.