Riccardo Schweizer supo trasladar con maestría su visión artística a los objetos de uso cotidiano, combinando la precisión formal con un rico significado simbólico. El juego de vajilla Romeo y Julieta, reeditado por Bosa, celebra el concepto de unión: piezas individuales que se ensamblan hasta formar una esfera perfecta y cargada de sentido. De manera similar, el Cubo Bibita—una composición de vasos, jarras y una bandeja—se presenta como un tablero de ajedrez compacto, donde cada elemento encaja en un equilibrio armonioso entre función y estética.
Artista ecléctico y visionario, Riccardo Schweizer (1925–2004) exploró la pintura, la escultura, la arquitectura y el diseño con originalidad y profundidad. Su estancia en Francia lo puso en contacto con figuras influyentes como Picasso y Chagall. En el corazón de su obra se encuentra una búsqueda constante de la geometría pura, las formas esenciales y la eficiencia espacial. Incluso sus creaciones más simples transmiten un profundo sentido de libertad y una intensa carga emocional.