Giovanni Motta es un artista contemporáneo que combina pintura hiperrealista y arte digital en un lenguaje neo-pop surrealista, tan profundo como poético. En el centro de su universo visual se encuentra Jonny Boy, un personaje de estilo cartoon que encarna al niño interior y guía al espectador en un viaje emocional a través de símbolos, recuerdos y sueños. Una colaboración clave es la realizada con Bosa, para quien creó una serie de esculturas decorativas de carácter vivo, colorido y original.
La exploración artística de Motta nace del deseo de profundizar en las emociones primarias, aquellas arraigadas en la infancia y grabadas en el subconsciente. A través de la práctica de la meditación regresiva, recupera objetos, atmósferas y colores del pasado, transformándolos en obras cargadas de intensidad narrativa. Jonny Boy se convierte así en medio y mensaje: un puente entre el yo adulto y ese asombro olvidado de la niñez. Sus obras han sido expuestas en museos y galerías como La Permanente, Triennale Milano y el CAFA Museum de Pekín.