Lladró Deer Escultura

Deer Escultura de Lladró, firmada por el escultor Ernest Massuet, rinde homenaje al ciervo, símbolo de majestuosidad, regeneración y fuerza interior.

Este ejemplar, uno de los más emblemáticos del mundo animal, aparece aquí retratado en una pose orgullosa y serena, destacando su calma vigilante y su equilibrio natural. Realizado en porcelana blanca mate, el ciervo destaca por la gran calidad de su modelado: cada detalle, desde la musculatura hasta los matices del pelaje, queda realzado por el acabado satinado que amplifica la pureza de las formas. La única concesión cromática viene dada por el lustre ocre aplicado manualmente sobre los cuernos, cuyo efecto metálico acentúa el poder y el valor simbólico del animal. Desde el punto de vista técnico, se trata de una escultura compleja: para realizarla se necesitan 15 moldes distintos, cada uno dedicado a una parte diferente del cuerpo. El montaje requiere una precisión extrema, también para compensar la reducción dimensional natural que se produce durante la cocción. El ciervo es algo más que una representación naturalista: es una figura cargada de significados espirituales. El ciervo, de hecho, está vinculado al concepto de renovación, gracias al cambio anual de la cornamenta, y representa en muchas culturas, como la japonesa, la longevidad, la prosperidad y la conexión con la naturaleza.